6/12/07

HÁGASE SOCIO DE ALMA

(Estaba tentado de titular este post con otro juego de palabras barato, a ver qué decía Nacho Faerna. Pero me voy a cortar.)

Aclaremos un par de cosas, antes de nada: el sábado pasado me la envainé y acudí a la reunión de ALMA. Y estuvo más que bien. La directiva ofreció una encomiable mezcla de autocrítica, ideas claras y ambiciones realistas, que me hace arrepentirme en parte de haber sido tan cañero en el post de la semana pasada. Para los comentaristas con ínfulas de reporteros del Tomate, debo aclarar que Mr. Faerna y un servidor se estrecharon la mano cordialmente al comienzo de la reunión, y que no hubo enfrentamiento ninguno.

Al contrario. El acto transcurrió con fluidez y buen tono. Todo el que quiso tomó la palabra, todas las opiniones fueron escuchadas (para bien o para mal), y nadie fue abucheado. Ni siquiera yo.

El novato que me acompañaba estaba sorprendido de la cordialidad reinante. Le fascinaba el hecho de que tanta gente pudiera llenar un cine y escucharse mutuamente... sin micrófonos. A mí no me sorprendía, porque no era la primera asamblea de ALMA a la que acudía. Y porque sé que los guionistas, como mínimo, sabemos escuchar. (Es cierto que la semana pasada vaticiné que se iba a montar un pollo. Pero fue llegar a la Filmoteca y comprobar que me había equivocado. Total, ¿a quién le importan las protestas de unos cuantos guionistas?)

Lo que sí me sorprendió, y muy gratamente, fue que los asistentes llenásemos la Sala 1 del Doré. Estas cosas solían ser en la Sala 2, mucho más reducida. Pero me da a mí que a partir de ahora siempre serán en la grande. Y, con un poco de suerte, habrá gente que se quede de pie, como el sábado. Teniendo en cuenta que la sala tiene más de 300 butacas, es probable que, dentro de poco, las protestas de los guionistas empiecen a importarle a mucha gente.

Porque para mí, lo más representativo de lo ocurrido el sábado no pasó durante la reunión, sino al final: las colas de guionistas esperando para solicitar la afiliación eran realmente significativas. Muchos, muchísimos guionistas no sabían hasta ahora que había una asociación que les proporciona, entre otras cosas, la ayuda de un abogado. Por el precio de la cuota de socio, Tomás Rosón te asesora, te lee los contratos, y te los edita con recomendaciones sobre qué quitar y qué añadir. Hace años que yo no firmo nada que no haya revisado antes Tomás. Pero para eso hay que saberlo. Y, como admitieron algunos de los representantes de ALMA, el sindicato se ha publicitado poco y mal. Entre otras cosas, no ha sabido dejar claro que ALMA no es igual a DAMA. Hay muchos, muchísimos guionistas que no se han hecho socios de ALMA porque creen que, siendo de SGAE, no se puede. Vamos a intentar acabar con la confusión:

ALMA es un sindicato, una asociación profesional. SGAE y DAMA son entidades de gestión de derechos. Nada que ver.


Se puede ser socio de SGAE y de ALMA a la vez.
Yo soy socio de SGAE y de ALMA.
Hay socios de SGAE en la directiva de ALMA.


¿Ha quedado claro? Pues hala, vayan a hacerse socios de ALMA de una puñetera vez. Diez euros al mes, no me jodan. No sigan leyendo esto, escriban un email a alma@asociacionalma.es y dejen que les mejoren su vida.

Siguiendo con la reunión: se discutieron ideas interesantes, como la posibilidad de un convenio colectivo; la creación de un registro de guiones para afiliados; la conveniencia de revisar las bases de muchos concursos; la indignidad de algunas pruebas de guionistas... Y se dieron a conocer algunos de los avances de la asociación: al parecer, han conseguido incorporar a la futura Ley de Cine (ahora tramitándose en el Senado) una disposición que prohíbe subvencionar a productores que tengan deudas con guionistas.

Pero todas las propuestas acababan con una reflexión: el sindicato necesita más afiliados. (¿Por qué siguen leyendo, coño? ¡Vayan a hacerse socios YA!) Reconozco que me equivocaba la semana pasada cuando me quejaba de que la reunión fuese abierta. Quizá no fuese una buena idea redactar una convocatoria tan beligerante, pero desde luego fue una idea brillante hacerla abierta a los no afiliados. Porque la fuerza del sindicato depende de su representatividad dentro del sector. Hasta el sábado, apenas era representativo. A partir de ahora, se prevé que las afiliaciones se duplicarán.

Y muchos socios nos hemos dado cuenta de que estábamos durmiéndonos en los laureles. Está bien ser críticos con el sindicato, pero también hay que ser activos. Yo creía que era un buen apóstol –en clases, en foros, en los bares y aquí en el blog siempre recomiendo hacerse socio de ALMA-, pero el sábado me di cuenta de que había colegas muy cercanos aún sin afiliar. (Hola, Ángela; hola, Darwinista: bienvenidos a ALMA). Tenemos que ponernos las pilas, y explicar las ventajas que tiene sindicarse. La primera de todas, la capacidad negociadora que tiene un sindicato fuerte. Y no vale esperar a que el sindicato sea fuerte para afiliarse. El truco consiste en afiliarse para hacerlo fuerte.

Pues eso. Ya no hay más que leer. Se han quedado sin excusas. Háganse socios o revienten.

ALMA
alma@asociacionalma.es
Teléfono: 915212339
Dirección: C/ Marqués de Valdeiglesias 6, 2ºA, Madrid

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