31/7/07

AGATHA CHRISTIE AL DESNUDO

(Publicado originalmente el 15.1.2006)

Poco antes de Navidad, durante una reunión de trabajo en Valencia, me encontré en el diario La Vanguardia una noticia muy inquietante: se había descubierto el secreto de Agatha Christie. Y no cualquier secreto: nada de amantes polémicos ni vicios inconfesables. El secreto... de su éxito.


Como todo el que se gana la vida gracias al favor del público; como todo aquel que se ha dado alguna vez de bruces con el fracaso, a veces siento envidia de la gente que trabaja con arreglo a modelos matemáticos.

Cuando uno se dedica a fabricar, por poner un ejemplo, zumo de frutas, la vida es fácil. Sólo hay que aplicar la fórmula paso a paso, y el zumo sabrá bien. Con toda seguridad. Pero cuando uno se dedica a fabricar ficciones, nunca se sabe cómo reaccionará el público. Y la cantidad de variables que intervienen para provocar el Éxito o el Fracaso son innumerables.

El mismo William Goldman, hablando sobre el tema, aseguraba en su magnífico libro Las Aventuras de un Guionista en Hollywood que, en el negocio de cine, NADIE SABE NADA. Lo escribía así, en mayúsculas.

Comprenderán la inquietud que provoca en un guionista una noticia como esa. Especialmente cuando se encuentra uno lejos de casa, cumpliendo con el compromiso de escaletar, en dos días, dos semanas de una telenovela. En minutos, el equivalente cuatro largometrajes. Que se descubra el secreto de su éxito es secundario. Lo fascinante es la posibilidad de que exista un secreto para el éxito.

Ahí va la noticia. Lean, lean:




Hace años que tengo entradas en el pelo, y eso significa, entre otras cosas, que conozco perfectamente lo que es la Decepción. Aunque enfrenté el artículo con mi natural incredulidad -nunca esperes nada bueno de una noticia firmada por AGENCIAS-, en el fondo deseaba que contase algo revelador.

Pero por el amor de Dios, ¿cuánto tiempo han necesitado esos expertos para llegar a la conclusión de que Agatha Christie conocía el crescendo, el leit-motiv y el sentido común? Desde el Renacimiento, el 90% los éxitos musicales repiten en sus dos últimas notas el esquema Dominante-Tónica. Pero no es ni un secreto, ni una fórmula matemática para el éxito. Eso es lo básico, la primera lección de la primera clase de primer curso de armonía.

No existe una fórmula matemática para el éxito, pero sí para la pedantería: hablar sin saber; presentar obviedades como si fueran descubrimientos; y hacerse llamar experto cuando no se tiene experiencia.

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