4/8/07

CÓMO COLARSE EN EL MUNDILLO

(Publicado originalmente el 25.6.2006)

  • El que no tiene padrino no se casa
  • Ahí sólo entras con enchufe
  • Son todos una piña

Tres frases que resuenan cada día por las facultades de Ciencias de la Información, por las escuelas de cine, y por los foros de Internet.

Y es que la gran obsesión del aspirante estándar a cineasta es que el mundillo del cine es un círculo cerrado:

Es verdad y no es verdad. El mundillo del cine es un círculo cerrado, sí. Pero no más cerrado que el de los torneros-fresadores, o el de los luthieres de cuerda pulsada. Como todas las profesiones, entraña serias dificultades y grandes dosis de responsabilidad. Un inevitable corporativismo cuida de que no haya demasiados inútiles desprestigiando el oficio (aunque no siempre se consigue).

El guionista norteamericano John August publicó hace un par de meses un interesante artículo sobre un tema parecido, titulado How do I break into Hollywood?, y del que he perpetrado una traducción que aquí les ofrezco sin pudor ninguno.

Que ustedes lo disfruten. Y si encuentran algo mejorable en la versión castellana, sus comentarios serán bienvenidos.



CÓMO COLARSE EN HOLLYWOOD
Texto original de John August:
How do I break into Hollywood?

¿Cómo puedo colarme en Hollywood?
Respuesta corta: No te cuelas.

Respuesta ligeramente más larga: La pregunta está mal planteada.
Hace poco fui co-presentador de una serie de ponencias para la Escuela de Cine y Televisión de la USC (Universidad del Sur de California). El objetivo era ayudar a estudiantes y recién graduados a planificar sus primeros años en el mundo real. “Cómo colarse en” era la pregunta tácita en casi todas las sesiones, hasta el punto de que tuve que mencionarla en el programa.
Voy a explicar por qué la pregunta está mal planteada: porque no consiste en “colarse”.

La gente que está empezando en la industria del cine a menudo tiene la sensación de que existe un muro que les mantiene fuera. O al menos una cortina de terciopelo, vigilada por un fortachón con una lista de invitados y cara de pocos amigos.
Pero el muro, la cortina y el matón son espejismos. No hay ningún sistema para mantener a los advenedizos fuera de Hollywood. (Al contrario, en muchos sectores existe la inquietante tendencia de favorecer a toda costa a los jóvenes.)

Bueno, y si no hay un muro, ¿por qué parece que hay un muro?

Vale, de acuerdo. Hay un muro. Pero no es un muro tipo mantengamos-fuera-a-los-infieles. Más bien, es un muro tipo evitemos-que-se-nos-caiga-el-techo-encima. Hollywood es una especie de mansión destartalada, constantemente tambaleándose como si fuera a venirse abajo. Y la puerta principal no es que esté atascada: es que es inaccesible (...)

Y si no es por la puerta principal, ¿por dónde se entra? Busca una ventana, una entrada lateral, una chimenea polvorienta.

De eso trataba el seminario: de buscar ventanas.

Un considerable número de alumnos aspiraban a puestos técnicos (tales como edición, fotografía digital, efectos visuales), donde hay una forma bastante clara de hacer carrera, muy parecida al sistema de aprendices de los viejos tiempos. Básicamente, uno trabaja incontables horas recibiendo media paga, mientras aprende de los expertos, hasta que un día consigue filmar, iluminar, editar o crear efectos visuales por sí mismo. No digo que sea fácil –es agotador. Pero es confortablemente previsible.

Pero no es lo mismo para los guionistas, o los guionistas-directores. Una conferenciante describió su búsqueda de un agente como una increíble campaña dirigida a ganar cualquier premio de escritura imaginable; y a localizar específicamente a aquellos agentes cuyos clientes estuviesen ya trabajando en las series a las que ella aspiraba.

Pero no habló de “colarse”, porque una vez que entró en el equipo de guionistas de una serie, estaba claro que aquello no era, ni mucho menos, estar dentro de nada. Tenía trabajo de guionista, pero perfectamente podía dejar de tenerlo al final de la temporada. No había muro, valla, ni ninguna otra metáfora parecida que separase esos dos estados.

Así que le pedí a todo el mundo que se quitasen de la cabeza la idea de “colarse en Hollywood”. No es como ingresar en un club; no es como perder la virginidad; no es como robar un banco. Es, sencillamente, conseguir un trabajo. Algo real y aburrido, y que resulta ya bastante difícil sin fantasías exageradas.

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