4/8/07

¿QUÉ TAL POR NUEVA YORK?

(Publicado originalmente el 1.9.2006)


Ya estoy de vuelta. Tengo por delante la titánica tarea de Deshacer La Maleta y COLOCAR todo lo que me he comprado, así que... he decidido mirar hacia otro lado.

Libros y discos NYC

Antes de que se me pase la euforia del viaje, les cuento un par de cosas sobre la ciudad. Rafa Gil ya ha contado los must, así que yo voy a tocar otro palo, algo que no suelen recomendar en las guías, y que en mi modesta opinión es mucho más interesante que, por ejemplo, el MoMA y el Empire State Building juntos:

NEW YORK PUBLIC LIBRARY FOR THE PERFORMING ARTS. Lincoln Center, 111 Amsterdam Avenue, entre 65th y 66th Streets. (1-212-870-1630). Esto es paraíso 100%. Gratis, y abierto a todo el mundo. Mucha gente piensa que no le van a dejar entrar, porque sólo es para investigadores. Quítense esas ideas españolas de la cabeza. En Nueva York, cuando dicen public, hablan en serio. Esta bibilioteca tiene un inmenso catálogo de libros, discos y vídeos sobre las artes escénicas. En la tercera planta, está el archivo Rodgers y Hammerstein, donde se pueden consultar muchísimas referencias y, atención, visionar totalmente gratis un montón de grabaciones. Aquí el que suscribe ya ha visto a Joe Mantegna interpretando el papel de Richard Roma en esa catedral del teatro que es Glengarry Glen Ross.

MUSEUM OF TELEVISION AND RADIO. 25 W 52nd Street, entre la 5ª y la 6ª Av. (1-212-621-6800). Esto ya no es totalmente paradisíaco: la entrada cuesta 10$. El funcionamiento no es en absoluto el de un museo convencional. Pongamos un ejemplo. ¿Recuerdan Back To The Future? (Si no la recuerdan, veinte flexiones diarias hasta que se la aprendan). Tras viajar a 1955 y salvar a su padre de ser atropellado, Marty cena en casa de sus abuelos maternos. Su abuelo está muy contento: acaba de instalar ruedas a su primer televisor: ¡Podremos ver a Jackie Gleason mientras cenamos!, dice. Marty señala la pantalla y dice: "Eh, ya lo he visto, es un clásico. Es cuando Ralph se disfraza de hombre del espacio". ¿Lo recuerdan? Bien, pues yo he visto ese clásico. Incluso he visto el primer episodio de esa mítica sitcom, titulada The Honeymooners, y que por cierto es la favorita de mi admirado Ken Levine, como pueden comprobar en este post.
Aparte de los puestos para escuchar archivos de radio, el museo disponde de cinco salas de proyección, en las que permanentemente pasan títulos representativos de la historia de la televisión norteamericana. Pero además, hay un amplísimo catálogo de vídeos que uno puede visionar en un puesto individual. Sólo hay que buscar el título en el ordenador y pedirlo. Para los no-miembros, el tiempo límite de visionado es una hora, y se puede rebobinar, hacer pausas y fast-forwards como en un magnetoscopio doméstico.

THE DRAMA BOOK SHOP. 250 W 40th st entre la 7ª y la 8ª Av. (1-212-9440595). Entramos en el infierno. Como su propio nombre indica, entrar aquí puede ser bastante dramático. ¿Conocen la librería La Avispa, de Madrid? (Deberían) Pues es el mismo estilo, sólo que más grande, y con un acogedor primer piso donde te puedes sentar a leer en un sillón de cuero con orejas y reposapies, sin que nadie te diga nada. Aparte de ese pequeño pero significativo detalle, tienen ediciones baratas de DOCENAS de obras de David Mamet que no están traducidas al castellano, y que no se encuentran por ninguna parte. A 6,50$. Y quien dice Mamet dice muchísimos otros autores. Añadan guiones, libros sobre teoría del teatro y del cine, ediciones de coleccionista... Preparen la tarjeta de crédito, porque merece la pena.

Aparte de eso, recomedarles que no se acerquen por Tower Records, porque sucumbirán. Si les gusta el jazz, cuidado con ir a Jazz Record Center: aparte de tener de todo, es un apartamento en un octavo piso, tan discreto y encantador que se verá impelido a comprar toneladas de discos.

En cuanto a Broadway, podría constituir otro de esos desmentidos. ¿Realmente es la Babilonia del teatro, y sólo exhibe frivolidad y fachada? Yo creo que no. Yo también fui a ver The Phantom Of The Opera y les aseguro que me hizo reflexionar: ¿De verdad llevan 20 años haciendo esta mierda?, fue concretamente mi reflexión. Estoy de acuerdo con Quim cuando dice que huele a naftalina. Una naftalina carísima, por cierto.

Sin embargo, también vi The Producers y es realmente de quitarse el sombrero: divertida, ágil, elegante y espectacular. Todo lo que yo quisiera que fuesen mis guiones.

Broadway es al teatro lo que Hollywood al cine: tienen más medios y más experiencia de los que nadie nunca podrá soñar. Cuando esa energía se pone al servicio de una buena idea, el resultado es apabullantemente genial. Pero cuando el libreto es una basura, la catástrofe es proporcional al tamaño de la producción. Y la sensación es tremenda, igual que el naufragio del Prestige impresiona mucho más que una chalupa desfondada.

Pero vayan a Broadway. No sean snobs. Con evitar a Andrew Lloyd Weber como la peste, y fiarse de los premios Tony, más o menos pueden evitar la morralla. Ah, y no olviden: hay entradas de última hora a mitad de precio en TKTS. La tienda de Times Square siempre está hasta la bandera de gente, pero yo compré sin colas en la ventanilla provisional que hay en John St. esquina a South St.

Ahorren y vayan. Merece la pena.

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