4/8/07

SI ES QUE NO TIENEN NI IDEA

Hay un refrán que me intriga especialmente. Es ese que habla de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Me resulta chocante su popularidad, a pesar de esa aliteración rebelde, y esa referencia visual disparatada: ¿alguien vio alguna vez una paja en un ojo?

Que una formulación tan poco afortunada desde el punto de vista retórico haya calado tan hondo, quizá se deba a la inmensa verdad que contiene.

Viene todo esto a cuento de la insidiosa tradición de desprestigiar al cine español, cuya vertiente más molesta es la de asegurar que sus trabajadores no tienen ni idea. Haciendo bueno el primer refrán, resulta que casi todos los que despotrican en esos términos contra el cine de aquí son cenutrios a los que no puedes sacar de Garci-Berlanga-Almodóvar-Amenábar, y que parpadean cual Marujita Díaz cuando les cuentas cosas como que Flavio Martínez-Labiano ha rodado varios largos en Estados Unidos; que Álex de la Iglesia ya había descubierto a James Gandolfini un lustro antes de Los Soprano; o que Jaime de Armiñán ha tenido dos películas nominadas al Oscar.

Sí, aquí también hay gente muy capaz, fíjate qué sorpresa.

Hoy quería hablar muy brevemente de uno de esos trabajadores que se merecerían, como mínimo, una calle con su nombre.

Se llama Txema Muñoz, y es un vizcaíno de 45 años licenciado en Psicología. Además de fundar la revista Nosferatu y participar en festivales míticos como la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, Txema lleva cuatro años al frente de KIMUAK, la agencia de promoción del cortometraje vasco. Y su gestión en esos cuatro años no necesita epítetos, porque las cifras apabullan.

El catálogo de 2004 presentaba el cortometraje 7.35 de la mañana, que logró más de 70 premios en todo el mundo, y una nominación al Oscar. El catálogo de 2005, siete cortometrajes en total, alcanzó hace pocos días los 250 premios.

No sé qué pensarán esos charlatanes que se llenan la boca hablando de subvenciones, de enchufismo y de titiriteros. Pero yo diría que, después de lograr 250 premios en festivales de España, Estados Unidos, Chile, Italia o Francia, entre otros, estamos hablando de algo más que españoladas.

A ver si va a resultar que los cineastas de aquí sí que tienen idea. A lo mejor no es talento lo que falta, sino más iniciativas serias como Kimuak; y más personas con el tesón y la lucidez de Txema Muñoz para promocionar el buen cine nacional.

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