El sábado pasado, contra todo pronóstico, los cinco guionistas de la sitcom logramos quedar para cenar. Celebrábamos el final de la primera temporada. La cosa empezó mal: a mí no se me ocurrió otra cosa que ir en coche desde Ventas hasta Plaza de España precisamente ese día. Hora y media tardamos.
Pero no me importó: al fin y al cabo, no todo el mundo puede conducir un coche que perteneció a Ramón Mendoza. (No busquen ironías: mi coche perteneció a Ramón Mendoza. Cosas de la vida.)
En el restaurante conseguimos agotar no sólo las existencias de vino, sino también la paciencia de los camareros: vocerío, indecisión y chistes malos. Una mesa de guionistas es la pesadilla del hostelero. Pero nosotros lo pasamos bien.
Durante la cena, uno de nosotros contó algo muy significativo:
-He trabajado en muchas obras de fama: El Club de la Comedia, en 7 Vidas, en 5hombres.com... Pero nunca, ni una sola vez en mi vida, me ha servido para ligar.
Y peor fue lo que contó otro: estaba de copas con un compañero, y ligaron con dos chicas. Cuando estaban hablando tan ricamente, y parecía que la cosa prometía, ellas preguntaron:
-¿A qué os dedicáis?
Por increíble que parezca, cuando dijeron que eran guionistas, las chicas se fueron. Así, sin más.
En efecto, amigos. Hay pocas verdades absolutas en esta vida, y una de ellas es ésta: siendo guionista no se liga. De modo que ahí va un consejo de oro para el Manual:
Cuando te pregunten a qué te dedicas,
di que eres PIANISTA EN UN BURDEL.
Debería haber sido el primer consejo de todos, pero más vale tarde que nunca.
Y de postdata, un enlace para que aprendáis otra técnica fundamental de supervivencia para guionistas: Diviértete a ti mismo.
Aunque estés trabajando en un programa de mierda, en la peor productora del país... Recuerda, Brian: always look on the bright side of life.
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