4/8/07

PIRATAS DEL CARIBE MIX II

(Publicado originalmente el 29.9.2006)


Hoy he visto el primer capítulo de la edición española de House. Como suele ocurrir, antes de poder acceder al menú he tenido que soportar un anuncio que me informa de que el robo en internet queda registrado. Y lo dice mientras muestra una pantalla de ordenador con el texto Feature Film Download.

Con la vieja y ramplona artimaña de la yuxtaposición, y con abstractas admoniciones -"ahora la justicia actúa"... Coño, ¿antes no actuaba?-, esta basura de spot pagado con dinero público intenta convencer al espectador de que el libre intercambio cultural sin ánimo de lucro es un delito. Cuando lo que realmente es, si no un delito, una desvergüenza, es amenazar a los legítimos clientes con patrañas y moralinas.

Visto este anuncio, aún he tenido que aguantar otro texto que me recuerda que no debo infringir, de ninguna manera, la Ley de Propiedad Intelectual.

Resumen: pagas 40€ y te llaman ladrón. Cada vez que pones el disco. Sin posibilidad de evitarlo.

Intentemos extrapolar esto a cualquier otra transacción comercial. Por ejemplo, la puerta de una discoteca: te cobran la entrada, y antes de permitirte pasar te advierten: no metas mano a la gente, no uses tu copa como arma arrojadiza, y no te mees en la pista de baile. Si lo haces, tendrás que pagar una multa. O por ejemplo, en tu coche: entras, metes la llave en el contacto, y no puedes arrancar. No hasta que hayas escuchado una grabación que te explica que no debes adelantar por la derecha ni conducir ebrio. Y eso, cada vez que vayas a arrancar.

Si ocurriese algo así, a nadie le extrañaría que las discotecas se arruinasen, y las ventas de coches cayesen en picado. Y es que a nadie le gusta que le toquen los cataplines, y menos aún pagar por ello.

Pero lo peor viene después, cuando empieza el primer capítulo y compruebo que han reducido el formato de imagen al prehistórico 1,33:1. Y para colmo, los subtítulos en castellano están colocados exactamente encima de los títulos de crédito de la primera escena.

¿En qué demonios estaba pensando la gente que editó este DVD? Te amenazan, te llaman ladrón, mutilan la imagen y hacen unos subtítulos ilegibles... Y todo ello casi dos años después de su estreno en Estados Unidos. ¿Alguien me puede dar una sola razón para no bajarse los capítulos del eMule, al día siguiente de su estreno, en su formato panorámico original, y subtitulados por gente a la que realmente le importa la serie? En serio: que sean gratis es lo de menos. El éxito del eMule se basa en que proporciona al espectador una capacidad de decisión absoluta.

El problema fundamental de la distribución audiovisual es que el negocio está basado en una premisa errónea: que el espectador es gilipollas. Y en la era de internet, en la que te enteras de un día para otro que en Estados Unidos han entrenado una serie pistonuda, cada vez quedan menos gilipollas dispuestos a esperar dos años para verla.

¿Quién es más gilipollas? ¿Los que sabemos lo que queremos y nos movilizamos para conseguirlo, o los que ignoran la demanda del mercado sólo porque no se ajusta a su carpetovetónica agenda de estrenos?

Señores distribuidores: en el último post ya quedaron ustedes descatalogados. Háganme caso: aprendan un oficio mientras estén a tiempo. Carpinteros y payasos siempre harán falta. Secuestradores como ustedes están a punto de desaparecer.

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