4/8/07

LOS CRONOCRÍMENES

(Publicado originalmente el 13.9.2006)


Este año he tenido las vacaciones más lujosas de mi vida, y dentro de poco tendré dos series en antena. No puedo decir que me vaya mal. Pero el pasado fin de semana sentí auténtica envidia de un colega. Sí, he visitado el rodaje de Nacho Vigalondo, y la cosa pinta más que bien.

Claqueta

Empecemos por lo malo: rodar tres cuartos de la película en exteriores, concretamente en el campo, y más específicamente en Cantabria y en otoño, tiene sus problemas: pocas horas de luz, ocasionales lluvias y vientos, y unos desplazamientos más que complicados.

Luego está la dificultad de debutar en la dirección comercial, donde por lógica el currículum profesional de cualquiera de los técnicos abulta el triple que el del jefe. Y en este sentido, Nacho tiene que superar un reto adicional, ya que su imagen pública sea la de un tipo mitad cachondo mental, mitad personaje patético. Es más difícil de lo que parece pasar de interpretar a los pusilánimes protagonistas de cortos como 7.35 de la mañana o Choque, a ser la máxima autoridad de un equipo de 50 personas trabajando en condiciones extremas.

Flavio-se-curra-un-plano

Pues... Prueba superada. Lo que vi en los boscosos alrededores de Noja el pasado sábado fue un equipo muy profesional, que se mueve eficiencia merced a un guión técnico muy currado; un director con los deberes hechos y una seguridad envidiable, que pasa tranquilamente de la seriedad y la concentración en los momentos de trabajo, al choteo y las carcajadas en las pausas; y un protagonista, Karra Elejalde, metidísimo en el papel y que da en pantalla exactamente lo que necesitaba el guión.

Ensayo-Karra

Vigalondo-y-Goenaga

También tuve la oportunidad de ver montada la primera secuencia que se rodó, un momento clave del primer acto rodado con eficacia y sencillez, y montado a la perfección por José Luis Romeu, un crack que sabe de cine lo que no está escrito.

La noche del sábado, Nacho se pagó un cenorrio en Las Piscinas, un local de Villacarriedo que acaba de entrar en mi lista de restaurantes míticos. Estuvimos discutiendo de cine y otras trivialidades hasta las dos de la mañana. Durante un momento, no parecía que Nacho estuviese metido en el trabajo más importante de su vida. Quizá este rodaje no es tan diferente de lo que él entiende por unas vacaciones. Bien mirado, sólo consiste en pasar unas semanas en Cantabria, correteando por el monte con una cámara a mano, y dándose de hostias de vez en cuando.

Cantabria-Infinita

Y esto ha sido todo... De momento, porque pienso volver antes de que termine el rodaje. Y ahora, para palir la envidia, un poco de autobombo: David Muñoz (otro crack, en este caso del guión) me pidió en agosto una entrevista para su ciclo Hablando con Guionistas. El resultado pueden leerlo desde hoy en su blog ASÍ (NO) SE HIZO. A pinchar como locos. Muchas gracias, David.

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